En la escuela, los alumnos escuchaban las monótonas explicaciones del profesor. Algunos intentando desesperadamente tomar apuntes, mientras que otros alumnos cuya mente es incapaz de quedarse en su lugar, observaban la mosca al pasar ¿como evitar que la mente llena de curiosidad de ponga a imaginar?
Tas el cristal de la ventana las hojas caían en un desperado intento de huir de allí. Todos con la vista al frente no miraban hacia la ventana donde lo pequeños libres de estudiar, correteaban y jugaban bajo los rayos del sol, donde los ancianos caminaban paseando a sus perros completamente indiferentes al sofocante salón en donde veintisiete alumnos se aburrían.
Bruno, miraba el reloj cada cinco segundos, con la esperanza de que tocara el timbre del recreo y poder salir de aquella agobiante aula. El profesor, que no se daba cuenta de que solo unos pocos estudiantes escuchaban lo que decía, seguía apaciblemente su discurso, bruno miro el pizarrón lleno de complicados esquemas y fechas, se parecía mucho a un marciano con gran cabeza que atacaba al profesor, pensó, esta idea le dibujo una sonrisa en los labios que fue rápidamente interceptada por el profesor que detuvo sus explicaciones para mirar a bruno, su expresión era fría y dura como una roca.
- por que no nos dice de que hablaban así nos reímos todos- exclamo. Todos los alumnos los observaban, y bruno no pudo evitar pensar que el profesor era mas inepto de lo que parecía
- yo no he dicho nada profesor – dijo bruno con un tono que pretendía ser respetuoso, pero la expresión del profesor le hizo pensar que no lo era.
-con que “nada” eh – se burlo el profesor –recoge tus cosas y siéntate adelante-
Bruno tomo su cartuchera y su carpeta de mala gana y se sentó en el primer banco, a solo unos centímetros del pupitre del profesor, mientras este comenzaba su discurso y los alumnos se volvían a dispersar.
Pero de pronto ocurrieron varias cosas a la vez, se escucho un ruido como el que hace un avión cuando cae precipitadamente y todas las miradas se fijaron en la ventana donde se observaba un gigantesco avión cuya cola ardía en llamas que caía hacia aquel colegio.
El profesor se había quedado mudo y paralizado por el miedo, los alumnos, algunos con los ojos cerrados, se quedaron quietos completamente sorprendidos y sin saber que hacer, mas que esperar a la muerte. Se escucharon los gritos de otros alumnos y profesores que bruno no conocía. Cerró sus ojos esperando el momento del impacto, no sabia que mas hacer, el avión caía rápidamente, pero derepente surgió un sonido, que parecía muy lejano, la campana de la libertad, el timbre que unos minutos antes le hubiera salvado la vida, un fuerte ¡RING!
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